Fin de la costa de Oregon


Fin de la Costa de Oregon.

El dƭa despuƩs del cuatro de Julio suponƭa el final de la costa de Oregon. Hoy dejƔbamos el ocƩano por unos dƭas para adentrarnos al interior y seguir el curso del rƭo Columbia.

Bambi y su madre cruzando la carretera cerca de Warrenton.

Dejamos el hotel pronto para intentar evitar el trƔfico en las cercanƭas de Portland. Nuestra primera parada fue cerca de Astoria en el Lewis and Clark National Historical Park.

Este parque aloja Fort Clatsop, el cual es una rĆ©plica del cual Lewis y Clark construyeron en el invierno de 1805 y en el que pasaron el Ćŗltimo invierno antes de volver de regreso en su expediciĆ³n. 

La expediciĆ³n de Lewis y Clark tuvo lugar a principios del siglo XIX en orden de crear rutas en los nuevos territorios del noroeste del recientemente creado Estados Unidos de America.


Fort Clatsop.

Escultura de una nativa americana a la entrada de Fort Clatsop.

Durante nuestro recorrido en el rĆ­o Columbia encontraremos mĆ”s puntos relacionados con esta expediciĆ³n. 

De momento Fort Clatsop es una reproducciĆ³n basada en las notas dejadas por Lewis y Clark, la cual recrea no solo el fuerte sino la vida en los alrededores de este por parte de los cerca de treinta miembros de la expediciĆ³n.

Aprovechamos la pradera en el centro de visitas para desayunar otro yogurt con frutos secos.


En el interior del fuerte.

Un voluntario, casi, casi de la expediciĆ³n de Lewis y Clark.

El bosque que rodea el fuerte empieza a parecerse mas a los bosques hĆŗmedos del vecino y norteƱo estado de Washington. AdemĆ”s de los Ć”rboles, el bosque estaba lleno de vida y sonidos, los pĆ”jaros parecĆ­a querer saludarnos con sus cantos.


Bosque alrededor de Fort Clatsop y acceso al rĆ­o.

Previamente a Fort Clatsop habĆ­amos pasado rĆ”pidamente por Fort Stevens, el cual no tiene nada que ver con la expediciĆ³n del siglo XIX, sino que es un fuerte de la segunda guerra mundial convertido hoy en parque y museo.

Antes de empezar nuestra ruta por el Columbia River, querĆ­amos obtener mĆ”s informaciĆ³n sobre las principales paradas y rutas, asĆ­ que pensamos que el mejor lugar seria la oficina de informaciĆ³n en Warrenton, justo en la desembocadura del rĆ­o. 

Pero a la hora de la verdad lo Ćŗnico que conseguimos fue un mapa de carreteras de Oregon y un par de panfletos que no tenĆ­an nada que ver don la ruta que querĆ­amos tomar. AdemĆ”s la encargada de la oficina no tenĆ­a ni idea sobre posibles rutas turĆ­sticas mĆ”s que seguir la carretera que corre cerca del rĆ­o. Ciertamente eso ya lo sabĆ­a yo antes de parar allĆ­.




De regreso al coche descubrimos una situaciĆ³n que cambiarĆ­a nuestro curso para el resto del dĆ­a. Cuando pensamos en hacer unas compras en Rite Aid, Marcela se dio cuenta que nos habĆ­amos olvidado su bolso dentro de un cajĆ³n en el hotel de Seaside. 

RƔpidamente emprendimos la vuelta hacia Seaside, mientras Marcela contactaba con el hotel para saber si los encargados de la limpieza habƭan encontrado el bolso.

El camino de vuelta a Seaside, apenas un corto recorrido de 20 kilĆ³metros, nos costo casi cerca de una hora, pues la carretera 101 que une Warrenton con Seaside se encontraba completamente colapsada.

Cuando llegamos al hotel, todavĆ­a no sabĆ­an nada, asĆ­ que tuvimos que esperar un poco mĆ”s antes de adelantar ningĆŗn acontecimiento.

Diez minutos de espera despuĆ©s, el bolso apareciĆ³, intacto y con todo su contenido. Gran suspiro de alivio!

Teniendo en cuenta como estaba el camino de vuelta hasta Astoria por la 101, el cual tambiĆ©n se veĆ­a bien colapsado, pensamos en conducir directamente hacia Portland. 

Pero en eso que surgiĆ³ un folleto que encontramos en la oficina de turismo de Warrenton y que llamĆ³ la atenciĆ³n de Marcela. Este hacia referencia a los Yurts, Cabins y Tepees en varios parques estatales en Oregon en donde podĆ­as alojarte.

  • Tepees son recreaciones de tiendas de los indios americanos, pero acomodadas con camas y con corriente elĆ©ctrica.

  • Yurts son tiendas circulares de lona, las cuales se encuentran amueblas de forma rĆŗstica y bĆ”sica, tambiĆ©n con corriente elĆ©ctrica.

  • Cabins, son cabinas de madera, decoradas de manera similar a los Yurts y con corriente elĆ©ctrica tambiĆ©n

El Ćŗnico lugar en donde hay disponibles Tepees en todo Oregon, eran en Clyde Hollyday, cerca de John Day, justo al otro lado de Oregon. Mirando el mapa vimos que habĆ­a tanto Yurts como Cabins cerca de Champoeg, al sur de Portland, lo cual no iba a significar un gran desvĆ­o de nuestra ruta sobre el rio Columbia.

AsĆ­ de decidimos cambiar nuestros planes, conducir hasta Champoeg, con la escasa posibilidad de conseguir un Yurt o una Cabina para esa noche. SabĆ­amos que serĆ­a complicado, pero no por ello no lo intentamos.

La ruta desde Seaside a Champoeg, recorre un area de colinas completamente alfombradas de bosques. Durante cerca de una hora estuvimos conduciendo entre Ć”rboles sin encontrar ningĆŗn pueblo y con muy dispersos servicios a lo largo de este tramo.

Llegados a Forest Grove, hicimos una parada para comer algo, pues el yogurt de por la maƱana habĆ­a ya hecho mĆ”s que de sobra su funciĆ³n.


Entrada y terraza de 22nd Street Station Cafe.

Encontramos un bien escondido, pero increĆ­blemente curioso y encantador cafĆ©. Era una antigua y pequeƱa estaciĆ³n de servicio convertida en diner, 22nd Street Station Cafe

Incluso tuvimos la suerte que acababa de abrir, pues por motivos familiares la dueƱa habƭa estado ausente durante toda la maƱana.

La dueƱa era una agradable seƱora, la cual hizo todo lo posible para ayudarnos a seleccionar en el menĆŗ, sobre todo para mĆ­ con mis limitaciones alimenticias con el gluten.


Detalles de la decoraciĆ³n en el interior del cafĆ©.


La decoraciĆ³n del restaurante era bien aƱos cincuenta o sesenta, con varias maquetas de aviones de la segunda guerra mundial colgadas del techo, variedad de tiestos con flores a la entrada y en la terraza junto a las mesas y muchas fotos y carteles de productos de mitad del siglo XX.

Marcela se decidiĆ³ por una hamburguesa, la cual resultĆ³ ser de un tamaƱo increĆ­ble, posiblemente una de las mĆ”s grandes que he visto en mi vida, y de exquisito sabor segĆŗn me hizo saber.


Vaya pedazo de hamburguesa!

Antes la ausencia de pan gluten free, yo me hice con un plato de Sweet Potato Skillet, el cual se basaba en batatas, con huevos revueltos, tomate, cebolla, champiƱones, queso y bacon. 

Era un muy buen plato, no del tamaƱo gigante de la hamburguesa, en proporciĆ³n, pero suficiente para cualquier estomago. AdemĆ”s estaba tambiĆ©n delicioso, lo cual ayuda.


Sweet Potato Skillet. Delicioso!

Tras una agradable comida en la terraza, con vistas a una zona residencial que circundaba el restaurante, continuamos nuestra marchas en busca de Yurts hacia el Champoeg State Park.

Llegamos cerca de las cuatro y media, y nos indicaron que debĆ­amos preguntar en la oficina del camping. 

Al llegar a la entrada vimos que la mayorĆ­a de los Yurts parecĆ­an estar ocupados, y lamentablemente asĆ­ nos lo hicieron saber en la oficina, estaban completamente llenos, no plazas libres para esa noche.

Triste por una parte, pues tenĆ­amos gran ilusiĆ³n de haber podido pernoctar en tan curiosos lugares, pero alegres por otra, pues en el folleto recomendaban llevar saco de dormir o sabanas, toallas y utensilios de cocina, y la verdad es que nosotros apenas llevĆ”bamos unas buenas chamarras y calcetines de sobra, pero nada mĆ”s, asĆ­ que hubiera sido realmente una aventura haber pasado una noche en esas condiciones.

Tras la desilusiĆ³n, no nos quedĆ³ otra que buscar una alternativa para dormir. Era ya muy tarde para empezar con la ruta del Columbia River, y la opciĆ³n de entrar en Portland con todo el trĆ”fico despuĆ©s del final de la jornada laboral, se nos hacia muy pesado. 

La mejor y mĆ”s econĆ³mica opciĆ³n quedaba en Newberg, donde encontramos un Best Western a buen precio.

El hotel es bƔsico, pero tiene indoor pool, jacuzzi y sauna, asƭ que aprovechamos nuestra pronta retirada esa tarde para hacer buen uso de las instalaciones.

De vuelta a la habitaciĆ³n improvisamos un picnic con algunas de las viandas que llevamos en nuestra nevera de campaƱa. En conclusiĆ³n fue una tarde bien tranquila y relajada.



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