¡Mamma mia!
¿Existe un rincón más chic y pintoresco en todo el Mediterráneo?
Bienvenidos a Portofino, la joya de la Riviera Italiana.
Este antiguo pueblo de pescadores es hoy la definición visual de la Dolce Vita: fachadas de colores pastel que se reflejan en el agua turquesa, yates de lujo meciéndose suavemente en el puerto y esa inconfundible elegancia relajada que solo Italia sabe ofrecer.
Para los apasionados de la historia y los detalles: Aunque hoy es sinónimo de glamour, su origen es fascinante.
Los antiguos romanos lo llamaron Portus Delphini (Puerto de los Delfines) por la gran cantidad de estos animales que poblaban su bahía.
Uno de sus grandes tesoros es el Castello Brown, una fortaleza defensiva medieval que protege el puerto y que en el siglo XIX fue transformada en una magnífica residencia noble con jardines colgantes y vistas de infarto.
Tampoco os podéis perder la Iglesia de San Giorgio, donde reposan, según la leyenda, las reliquias del santo patrón traídas de las Cruzadas.
Y si os fijáis en la iglesia de San Martino, veréis su curiosa fachada a rayas amarillas y grises, típica del estilo ligur.
Es el destino soñado donde el lujo se encuentra con la tradición marinera.
¿Sabíais que muy cerca, bajo el mar, se encuentra la famosa estatua del "Cristo del Abismo"?
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