El escenario de los sueños: Teatro Romano de Mérida

El escenario de los sueños: Teatro Romano de Mérida.

Primera hora del lunes, después de una ocupada tarde-noche de Domingo en donde pudimos visitar algunas de las más importances bellezas de la ciudad, todavía quedaba pendiente una muy importante en nuestra agenda, el escenario de lo sueños, Teatro Romano de Mérida.

Después de un reposado desayuno en el hotel, llegábamos a las taquillas de las ruinas romanas pocos minutos tras su apertura. 

Todavía estaba toda la instalación del concierto de la noche anterior de José Luís Perales.

Nuestra intención, visitar el teatro y el anfiteatro y acabar con el museo romano, sito justo en frente. Para nuestro desaliento, el museo, como todos en el territorio nacional, esta cerrado los Lunes.

Esta no era mi primera visita al teatro romano, la cual data de hace más de cuarenta años, en un viaje con mis padres con solo cinco o seis años. 

Detalles del teatro desde uno de los laterales.

De aquel entonces no guardaba muchos o muy gratos recuerdos del lugar, no más que hacía mucho calor y que estábamos en algo así como un cine con asientos de piedra. Infancia, divino tesoro, afortunadamente con el tiempo he aprendido a poder apreciar más los tesoros que tenemos, haga frío o calor.

- Mama, ¿Cuándo nos vamos? Tengo mucho calor.

Eran las palabras que recordaba de aquel día. Se las comenté a mi esposa y se echó a reír, pues la previsiones para aquel día eran también de calor, y no parecía dispuesta a que la diera la barrila con mis quejas, lo cual, por suerte para ella, no sucedió.

Jardines que rodean al teatro y que forman el llamado Peristilo.

La visita al teatro, la hicimos prácticamente en solitario, pues debido a la temprana hora, éramos casi lo primero y únicos visitantes de las ruinas, lo cual nos permitió disfrutar de ese maravilloso lugar que es el teatro romano.

Realmente majestuoso.

La mayoría de los equipos y accesorios del concierto de José Luís Perales del Domingo por la noche todavía estaban en el escenario, lo cual, por un lado mostraba un interesante choque de culturas entre las columnas romanas del siglo I y la canción melódica española de finales del XX. Aunque por otro lado nos hubiera gustado disfrutar del escenario más en su estructura original sin tanto altavoz y amplificador.

Iniciamos nuestro recorrido por uno de los largos túneles laterales que dan acceso a la parte más baja de las tribunas, lo cual no hizo salir justo a la altura del escenario, que desde ese lugar se veía bastante impedido por los accesorios del concierto.

Frontal con estatuas del Teatro.

Subir las tribunas es obligado, para poder disfrutar de las mejores vistas, tanto del escenario como del recinto en general. Las tribunas, después de tantas actuaciones se encuentran muy restauradas y en perfecto estado, pero es el escenario, con sus columnas y sus estatuas lo que nos brinda un marco de incomparable belleza.

En una de las entrada laterales que dan acceso al Teatro.

Una vez rodeado el recinto, por varios de sus túneles de acceso para tener diferentes perspectivas. Dado que empezaban a llegar más visitantes, pasamos a disfrutar de la parte posterior del teatro en donde se encuentra el jardín porticado o Peristilo, presidido por el Aula Sacra, una cámara consagrada al culto imperial.


Un poco de historia.

Y dado que estamos con información de este, que mejor que al menos añadir algunos datos históricos básicos y fundamentales para entender la importancia y belleza del lugar.

El teatro, bajo patrocinio del cónsul Marco Vipsanio Agripa, comenzaba a edificarse en el año 16 antes de Cristo, con un diseño de Marcus Vitruvios Pollio, Vitruvio.

Columnas y jardines del Peristilo.

Las gradas, con un diámetro de cerca de 95 metros, llegaban a albergar a cerca de 6000 apasionados del drama, la tragedia y la comedia romana de la época.

El frente de la escena, frons sceanae, quizás la parte más impresionante del recinto, esta formado por dos conjuntos de columnas corintias de 30 metros de altura, el cual sufriría sendas reformas en los siglos I y IV después de Cristo.

Columnas del Peristilo del Teatro Romano.

Entre las columnas podemos admirar diversas estatuas de dioses y personajes mitológicos. Hoy en día en el centro de las escena encontramos una reproducción de la diosa Ceres.

Entre el conjunto de columnas se encontraban las puertas de acceso a la escena, valva regia la centra y valva hospitalarium las laterales, las cuales eran usadas por los actores de los obras representadas.

Aula Sacra, en donde encontramos estatuas de varios emperadores romanos.

Con el fin del imperio romano, el teatro cayo en el olvido, el desamparo y la mayoría de él se mantendría enterrado hasta principios del siglo XX. En aquel entonces solo las conocidas como Las Siete Sillas, la parte más elevada de los graderíos, eran visibles.

Sería en 1910 cuando se empezarían las labores de excavación las cuales se extenderían por buena parte del siglo XX para poder ofrecer una reconstrucción fidedigna de este magno lugar.

Detalles de los suelos en los alrededores del teatro.

Sería en 1933, con la representación de Medea de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno y con Margarita Xirgu a la cabeza de la compañía para la primera representación después de cerca de veinte siglos.

A partir de entonces se iniciaron los ciclos del Festival de Teatro Clásico de Mérida, en donde poder disfrutar de las mejores obras del pasado y del presente, no solo en el ámbito del teatro, si no también de la opera, el baller o la música clásica.


Gladiadores de la lusitania romana: Anfiteatro Romano de Mérida.

Hermano de teatro es el adyacente anfiteatro, el cual, al igual que su vecino, aprovecho las cercanas laderas de las colinas para algunas de sus gradas.

Data del año 8 antes de Cristo, y fundamentalmente era usado para peleas de gladiadores o espectáculos con fieras, en diversos escenarios recreando bosques, selvas, lagunas o desiertos.

De forma elíptica con radios de 126 y 102 metros, llegaba a albergar cerca de 16.000 personas en su época de máximo esplendor.

De la misma manera que el Teatro, tras la caída del dominio romano, este fue también enterrado por el tiempo hasta que fue rescatado a principios del siglo XX.

Junto con el no muy lejano Circo romano, lugar para las carreras de caballos, formaban los principales lugares de diversión de la capital de la provincia de la lusitania.

Vistas del anfiteatro romano.

Acabada la visita del teatro, nos quedaba por recorrer todavía este imponente vecino.

Poco a poco, y con el calor del día, el número de turistas iba en aumento, aunque dado el hecho de ser un lunes de Septiembre, a las orillas finales de la temporada turística, la muchedumbre nunca llegó a ser excesiva.

Cuando entramos por una de las puertas principales, varias estatuas de cartón piedra figurando distintos tipos de gladiadores servían de ejemplo sobre los distintos estilos de luchadores que derramaban su sudor y su sangre en la arena.

Curiosamente y coincidiendo con el recorrido de un tour guiado, pudimos oír parte de la explicación de estos eventos que se celebraran en las arenas de la lusitania romana, y que precisamente no tienen mucho en común con lo que conocemos a partir de las grandes producciones del cine.

Junto a la descripción de uno de los gladiadores que tomaban parte en los juegos romanos en el anfiteatro.

Los combates de gladiadores se remontan al periodo etrusco, en donde se celebraban combates entre prisioneros en torno a las tumbas de héroes de guerra con la idea de honrar al Dios Saturno.

A partir del siglo III antes de Cristo, estos combates pasarían a ser una de las diversiones más importantes del imperio romano, con la construcción de anfiteatros en la mayoría de las ciudades más importantes.

Una de las entradas del anfiteatro.

Pero no solo era una forma de diversión, si no también un negocio, y como todo negocio, los principales actores de este, los gladiadores, eran la parte más valiosa de la inversión, y mucho más lejos que lo que nos cuentan desde el celuloide, la mayoría de estos salían con vida de la arena.

En la arena del anfiteatro.

Muchos de los gladiadores eran voluntarios, digamos profesionales en busca de dinero y fama, otros eran prisioneros o esclavos, los cuales sí que eran forzados a luchar, pero pudiendo conseguir su libertad si lo hacían con suficiente éxito durante suficiente tiempo como mantenerse con vida.

Solamente se daba muerte a aquellos que por las graves heridas sufridas por la contienda no tenían más futuro que una penosa muerte, y para acortar su sufrimiento se les clavaba una arma blanca entre la clavícula y el omóplato hasta llegar al corazón, pues se consideraba una forma más digna de morir que abandonándolos en la arena.

Posando a la salida del anfiteatro.

El origen de la palabra gladiador proviene del arma que principalmente usaban, el gladius, una espada corta de hoja recta muy parecida a la que portaban las legiones romanas.

Los distintos estilos se basaban en las armas y armaduras que usaban, desde el gladius, armaduras ligeras con o sin casco hasta los llamados Reciarios, los cuales usaban tridente, daga y una red al estilo de los pescadores, con un estilo de lucha mucho más defensivo y basado en la agilidad y la rapidez más que en la fuerza bruta.

Como nota final que pudimos escuchar antes de abandonar la arena, pudimos escuchar que la mujer, aunque no en demasiado número también tuvo su presencia entre los gladiadores.




Publicar un comentario

8 Comentarios

  1. Por aquí tenemos muchas ganas de ir a Mérida, es espectacular todo lo que se ha conservado!! Seguro que,en parte, gracias a tu madre hoy tienes esa pasión por los viajes, aunque con 5 ó 6 años te preocupara más el calor!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus comentarios. Si la verdad es que no se ven las cosas igual de pequeño que después como tu dices!

      Eliminar
  2. Muy interesante, me encantan las fotos y datos de tu artículo. Saludos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus comentarios Ana. Es una ciudad y unas ruinas realmente impresionantes.

      Eliminar
  3. Muy lindo espacio tan bien conservado, gracias por mostrarlo, un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus comentarios. Si que es muy lindo como tu dices!

      Eliminar