La Luna de Miel: Camino de Ubud

Camino de Ubud.


El día amaneció bien nublado y lluvioso. Una tormenta tropical. Estaba caluroso pero muy húmedo.



Lloviendo!

El último baño

Ayer habĆ­a sido un maravilloso dĆ­a de despedida e incluso hoy el cielo estaba triste de nuestra partida de Denpasar.



Despedida con Coruno.

En recepción del hotel.

No eran ni las siete de la maƱana cuando oƭmos el estruendo del agua cayendo a cubetazos, realmente a cubetazos. Casi no podƭamos ver mucho mƔs allƔ de los lƭmites de nuestro jardƭn.

El cielo estaba completamente negro y el agua caƭa como si no hubiera maƱana.

Decidimos levantarnos y disfrutar la lluvia, pues la maƱana estaba agradable de temperatura a pesar del diluvio que estaba cayendo. 

Pensamos que el sol saldría antes de dejar el hotel, y apenas así fue como ocurrió.

No pudimos resistir la tentación de salir a la terraza y empaparnos con la lluvia; acabamos saltando a la piscina para disfrutar el agua por todos lados!

Tal y como estaba el dĆ­a, decidimos ordenar el desayuno al servicio de habitaciones. Hamburguesa para Marcela y otro desayuno indonesio para mĆ­. 

Tras un rÔpido chapuzón en la piscina ahora que la lluvia había parado, llego el desayuno a nuestra villa. Nos dio tiempo a poco mÔs de empacar después de acabar de comer.

A las once y cuarenta y cinco de la mañana, llamÔbamos por ultima vez a nuestro mayordomo, Coruno, para que viniera a recoger las maletas, nos llevara a la recepción y así poder hacer el check-out del hotel, el cual fue bien rÔpido y eficiente, como eficiente y maravilloso había sido el comportamiento de todo el personal del Ayana Resort, del cual guardamos un mÔs que grato recuerdo.






Recepción del Ayana Resort.



Templo Budista.








Tuvimos que esperar mÔs de media hora a que llegara el taxi, según parece este se había quedado parado durante buen rato por una procesión que había camino del hotel.

Cargamos las maletas en el taxi y empezamos nuestra ruta al norte, hacia Ubud.






Por 10.000 rupias decidimos tomar la nueva autopista que iba por encima del ocĆ©ano. Fue bastante curioso. 

Justo al otro lado del larguĆ­simo puente, encontramos otro templo budista. SegĆŗn parece era un templo nuevo, y parece ser que el mĆ”s grande de la isla. 

El conductor pudo hacer un cambio de sentido para poder llegar al templo.

Era nuevo, radiante e impresionante. En la plaza que estaba a la entrada del templo había varias modelos tomando una sesión de fotos. Se veía a Marcela muy ilusionada con la visita al templo.

















Seguimos nuestra ruta hasta Batik, un lugar en donde grababan camisetas con diseƱos tradicionales balineses. 

El grabado lo realizaban mujeres con cera, la cual usaban para dibujar alguna de las posibles muestras que ellas conocĆ­an. 

Compramos una par de camisetas en la factoría e hicimos que nos las grabaran, Marcela con una bailarina balinesa, yo con un corazón y un 'Honeymoon in Bali'.

La siguiente parada fue en Luwak, una plantación de cafĆ©  eco-agrocultural. AllĆ­ nos explicaron el proceso que usan para la fabricación del cafĆ©, uno de los mĆ”s caros del mundo. 

El proceso parece ser el siguiente: un animal, llamado Asian Pal Civet (una especia de mezcla entre mono y ardilla) se come los granos de cafƩ; de las deposiciones de esos granos de cafƩ, es de donde se produce el cafƩ. Es decir, es cafƩ de caca de mono, dicho pronto y mal.

A pesar que el proceso nos pueda parecer un poco desagradable, el cafƩ es muy fuerte, con mucho aroma, aroma agradable!, y de muy buen sabor, y como ya mencione es muy caro y apreciado internacionalmente.

Estuvimos recorriendo la plantación, así que pudimos ver los distintos tipos de cultivos que tenían, junto con otras plantas y arboles naturales de la isla, así como los famosos monos-ardillas y otros animales también naturales de la isla.

La plantación ofrecía distintos tipos de café y de té. Compramos algo del café para mí, una bolsita pequeñita, unas bolsas variadas de té para Marcela, y otra bolsita de café como regalo para la hermana de Marcela, Lorena.



Entrada de la tienda de batiks.




Estatuas en la entrada de la tienda de batiks.



Telares.

Artistas las cuales decoran las camisetas.

DespuĆ©s de la plantación, Marcela no se sentĆ­a muy bien. Estuvo probando el cafĆ©, y parece que este fue muy fuerte para ella. Tuvimos que parar en un supermercado para comprar algo de agua y una Coca Cola para que se sintiera mejor. 

La Coke no es muy buena, todos lo sabemos, pero es cierto que cuando estamos muy pesados, a veces vienen bien unos sorbitos, o al menos a mi me vienen bien.



En la plantación de café.


Distintos tipos de cafƩ


Con el test de cafƩs.


Tomando un cafe Luwak.

Detalle de la cafetera.

Pasamos Ubud, parecƭa una ciudad con mucha vida, mƔs tradicional y menos turƭstica que los centros playeros de sur.

Saliendo de Ubud, tomamos un par de desviaciones que nos llevaban hacia el interior de la jungla. La carretera se hacƭa cada vez mƔs y mƔs estrecha, y cada vez todo parecƭa mƔs solitario.

Finalmente llegamos a una pequeƱa aldea, al lado de la cual se encontraba nuestro hotel: Hanging Gardens Resort.



Recepción en el Hanging Gardens.

Detalles en la habitación.

Vistas desde la infiniti pool de nuestra habitación.

Y no siendo los jardines colgantes de Babilonia, Hanging Gardens Resort es lo mƔs parecido que jamas haya visto a ellos. El hotel es total y absolutamente increƭble. JamƔs habƭa estado en un lugar asƭ, e incluso hoy todavƭa recuerdo y me maravillo de cada pequeƱo y gran detalle de ese hotel.

Fuimos recibidos de nuevo con flores, pero esta vez, solo para Marcela. DespuĆ©s de la rutina administrativa de los pasaportes, nos enseƱaron las instalaciones del hotel. 

La recepción del hotel esta en lo alto de una ladera del valle, entre la jungla. Las habitaciones esta bajando por la ladera, así que hay un pequeño carrito-funicular que circula arriba y abajo para llevar a los clientes a sus habitaciones, desde la entrada o desde el restaurante y piscina, los cuales se encuentran en la parte mÔs baja del hotel, pero todavía a mitad de la ladera.

Porque puestos a hablar de la piscina, la piscina del Hanging Gardens es una autentica maravilla. Esta considerada una de las diez mejores piscinas del mundo, solo comentar eso.

Y las vistas. Se puede ver todo el valle, la jungla, y justo en la otra ladera, en frente del hotel un templo hindĆŗ medio oculto en la maleza.


Preparados para cenar.

Llegamos a nuestra habitación, una villa panorĆ”mica en el primer nivel. Y a pesar de que la habitación era mĆ”s pequeƱa y no tan moderna y confortable como la del Ayana Resort, esta era mucho mĆ”s linda, encantadora y tradicional. TenĆ­amos nuestra terraza, con nuestra pequeƱa infiniti pool en frente del templo al otro lado de la jungla, nuestro triclinium, una preciosa cama con dosel con un ventanal en frente con vistas al valle... 

En fin, sin palabras, de nuevo. A todo esto oƭmos como unos monos pasaban cerca de nuestra terraza, adentrƔndose en la jungla.

DespuƩs de deshacer las maletas, tomar unas cuantas fotos y videos, era requerido probar la piscina privada. El agua estaba mƔs frƭa, pero las vistas del valle al borde de esta eran puro gozo.

Nos cambiamos de ropa para la cena. Dada la hora y el cansancio del viaje, y lo aislado del hotel, tuvimos que cenar en el restaurante del Hanging Gardens. Especial para la cena vestimos nuestras nuevas camisetas de luna de miel y unos sarong que pedimos prestados en el hotel.

El restaurante esta en una terraza tapada justo encima de la piscina. Estaba anocheciendo y pudimos ver y oĆ­r los sonidos de la jungla, mientras el templo aparecĆ­a al otro lado medio iluminado.

La cena estuvo ligera pero exquisita. Ensalada de tomate y sandia y varios platos de pato preparados de distinta manera. Bebimos unos cocktails de lemongrass y yo acabe con un espresso, y esta vez no era de Luwak.







Nos retiramos a nuestra villa. Marcela estaba bastante cansado, asƭ que fue directamente a la cama. Yo me quede en la terraza, dƔndome un baƱo en la piscina y dejƔndome embelesar por las maravillas de la jungla y el templo, todo bajo la luz de la luna.



Vistas del templo al otro lado del valle.


Publicar un comentario

2 Comentarios

  1. ¡QuĆ© bonito recuento! Excelentes fotos y videos. Gracias por compartirnos un poquito de su viaje, se ve que la experiencia fue inolvidable. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus comentarios Ana. Fue realmente una experiencia inolvidadable.

      Eliminar