Entrada a Nusa Dua |
La segunda noche, sĆ que pudimos dormir mucho mejor. QuizĆ”s fuĆ© todo el cansancio acumulado de los dos dĆas anteriores, quizĆ”s que ya nos habĆamos hecho al horario de la isla, pero lo cierto es que nos levantamos bien descansados por la maƱana.
El sol estaba bien brillante y reluciente, asĆ que despuĆ©s de un baƱo matinal en nuestra piscina y una ducha rĆ”pida estĆ”bamos preparados para afrontar nuestro primer dĆa en la ciudad, despuĆ©s que el dĆa anterior habĆamos disfrutado lo suficiente del hotel Ayana.
Ese dĆa querĆamos ver la ciudad por nuestra cuenta y a nuestro aire. TomĆ© un par de referencias en la guĆa para saber por donde movernos. Pura Uluwatu al suroeste de la penĆnsula y Jimbaran Beach para disfrutar el anochecer cenando marisco en la playa iban a ser los lugares fundamentales para visitar a lo largo del dĆa.
El resto, pues improvisar sobre la marcha, lo ideal era intentar vivir el ambiente, ver la cultura tradicional y si todavĆa quedaba algĆŗn vestigio de la colonización de Holanda o no, pues estos se habĆan adelantado a britĆ”nicos y portugueses a la hora de colonizar estas islas.
La mejor opción para llegar a la ciudad era tomar el servicio de autobuses del hotel que nos dejaba en el Bali Collection Shopping Center en Nusa Dua.
Antes de marcharnos decidimos reservar un tour, para el dĆa siguiente, con el taxista que nos habĆa llevado del aeropuerto al hotel. Le llamamos por telĆ©fono y hablamos con Ć©l sobre el itinerario que querĆamos. Finalmente llegamos a un acuerdo, el tour por todo el dĆa nos saldrĆa por $100, y sin mas gastos de gasolina o kilometraje; entradas y comida corrĆan de nuestra cuenta. Quedamos en que nos recogiera a la maƱana siguiente temprano en el hall del hotel.
Centro Comercial Bali Collection |
Altares con ofrendas |
¿Artesania? |
Muchas ofrendas estaban simplemente en el suelo a la entrada de muchos comercios, locales o casas. |
Banderas por el Mundial de Futbol |
Por fin una bandera de EspaƱa |
La zona en la que estƔbamos era fantƔstica, se notaba el sabor local, se notaba que era un barrio obrero, se notaba que era de la gente de la isla. EncontrƔbamos esos templos aƱadidos a casi cada una de las casas cada tres pasos. Algunos mƔs grandes, otros mƔs pequeƱos y modestos.
AdemĆ”s a la entrada de cada de una de las casas se podĆan encontrar ofrendas, las cuales las ponĆan en pequeƱos altares o en el mismo suelo enfrente de las entradas si no disponĆan de altar alguno, como ya nos habĆan comentado antes.
Era realmente la vida cotidiana de la isla. En esto que Marcela encontró un restaurante local: Baby Gulling, Bp. Dobiel, el cual, fundamentalmente servĆa trozos de cochinillo.
MĆ”s tarde nos contaron el significado de las banderas, que tenĆa que ver con el Mundial de FĆŗtbol que se iba a jugar ese verano, y en donde cada cual ponĆa la bandera del paĆs al que apoyaba. La mayorĆa era sobre todo de Brasil, Alemania y Argentina. De EspaƱa, pues alguna que otra tambiĆ©n habĆa.
A la entrada del restaurante |
Todo listo para comer |
En la cocina |
El restaurante apenas era una persona tomando nota en una pequeña barra y unas cuantas mesas corridas alrededor. Todo el mundo que estaba comiendo allà eran locales. Era la hora del almuerzo, asi que estaban comiendo algo antes de volver a sus trabajos.
Tomamos Sopa de cerdo y baby gulling (cochinillo) con arroz, todo realmente muy especiado. Estaba muy rico, disfrutando del almuerzo con una Coke y una cerveza local al lado de todo el mundo.
Mientras que esperÔbamos por la comida, conocimos a un Canadiense llamado Kevin, el cual llevaba tiempo viviendo en Bali, y nos contó y recomendó varios lugares para nuestra estancia en la isla. Era el dueño de un restaurante en Jimbaran llamado Cuca. Quedamos por la tarde en su restaurante para tomar unos cocktails y luego ir a cenar a la playa de Jimbaran, donde nos recomendó un lugar: Lia Café, donde podriamos disfrutar de la puesta del sol con chipirones y gambas.
El restaurante fue donde Marcela descubrio las maravillas tecnológicas de los baños turnos, según parece fue su primera experiencia en uno de ellos, y parece que no salió muy impresionada, si no todo lo contrario.
¿Templos? |
PequeƱos altares |
A todo esto me habĆa dado un muy buen susto, pues cuando yo volvĆ del restaurante no la vi por ningĆŗn sitio. SalĆ a la calle. volvĆ a entrar, pero no podĆa encontrarla. Al final fue al fondo del restaurante donde estaban cocinando los cochinillos en un medio techado en la parte posterior del edificio. Algo muy tĆpico y curioso pero realmente no muy salubre que digamos!
ParecĆa que todo iba de maravilla en nuestra primera excursión en Bali. Seguimos andando por bastante mĆ”s rato, a veces medio perdidos pudimos encontrar sitios increĆbles y Ćŗnicos, como un templo en donde un grupo de monjes estaba cantando en su interior o simplemente disfrutando de las sonrisas y las simpatĆas de las gentes locales. La verdad es que parecĆa un lugar donde la gente era feliz viviendo.
MƔs viviendas con sus templos |
Detalles de la puerta de un monasterio |
Edificios oficiales |
NiƱos y mayores siempre con una sonrisa |
En una tienda local |
Como a las tres de la tarde volvimos al lugar donde estaba la oficina de viajes, pero parece que nuestra suerte se habĆa acabado, pues en ese momento no habĆa ningĆŗn conductor de taxi disponible para llevarnos.
En la entrada de Uluwatu |
Mujeres tenĆan que usar un sarong y hombres un paƱuelo para acceder al templo |
Por la maƱana habĆamos visto bastantes taxis en las puertas principales donde entramos en la ciudad.
Nos dirigimos hacia allĆ” para tomar un taxi y hacer parte del tour. Pero parece que el nĆŗmero de taxis por la tarde se habĆa reducido bastante, asĆ que tuvimos que esperar un buen rato hasta encontrar uno disponible que nos ofreciera un buen precio, lo cual tambiĆ©n nos costó perder un par de taxis.
Finalmente llegamos a un acuerdo con un taxista para ir solamente Uluwatu y Jimbaran, lo cual dada la hora era lo mejor, pues el viaje a Uluwatu fue de casi media hora y pasamos cerca de una hora en el templo, lo cual nos dejo con el tiempo justo para llegar al atardecer a la playa de Jimbaran.
El templo de Uluwatu estĆ” cerrado a los turistas, asĆ que solamente pueden entrar feligreses.
Andamos alrededor del tempo y del acantilado en donde se encuentra.
Las vistas desde el acantilado eran realmente preciosas y dramƔticas, con las rocas cayendo en vertical hasta el ocƩano.
Cerca de la entrada habĆa un grupo de gente tocando mĆŗsica y cantando melodĆas tradicionales de la isla.
Cada conjunto intentaba hacer valer sus voces por encima de la de los demĆ”s, lo cual hacĆa que los cantos fueran cada vez mĆ”s elevados en tono, creando una curiosa sensación.
La tarde estaba calurosa y el sol estaba bastante fuerte.
QuerĆamos llegar a Jimbaran no mĆ”s tarde de las cinco y media de la tarde, asi que decidimos dejar el templo y volver al taxi para que nos llevara a la playa.
HabĆa bastante trĆ”fico en la zona de Jimbaran a esas horas, asĆ que tardamos un poco mĆ”s de lo que pensĆ”bamos inicialmente.
Eran cerca de las cinco y cuarto cuando llegƔbamos al restaurante Cuca.
El restaurante era bastante grande, con unos enormes jardines alrededor del salón principal. Los jardines tenĆan varias esculturas y elementos de decoración y jardinerĆa que le daban un aspecto muy moderno.
Uluwatu Temple al atardecer |
Vistas de los acantilados |
Bastante facil encotrarse un macaco correteando por las cercanĆas del templo |
Uluwatu temple en la punta del acantilado |
El restaurante todavĆa estaba medio cerrado, asi que fuimos a la parte posterior, donde habĆa una terraza con una barra de bar.
Los camareros nos dijeron que el anochecer serĆa a eso de las seis y cuarto. Preguntamos por Kevin, pero nos dijeron que no estaba en el restaurante todavĆa. Mientras que esperĆ”bamos nos tomamos un Tokyo-Mojito y una cerveza. Con la sed que tenĆa, el mojito desapareció en un suspiro. DeberĆa haber pedido un vaso de agua antes para haber podido disfrutar mĆ”s mi cócktail.
A las cinco y media decidimos ir hacia la playa, para poder encontrar el lugar para cenar antes del anochecer. La playa de Jimbaran estaba a unos cinco minutos de Cuca. Es una playa orientada a poniente, muy larga, muy ancha, de arena fina y clara. Encontramos allà a bastante gente también esperando para disfrutar de la puesta de sol.
ParecĆa que era el lugar tĆpico para que los novios sacaran sus fotos de boda. Vimos varias parejas tomĆ”ndose fotos a esas horas. Muchos de los novios vestĆan tambiĆ©n de blanco como ellas, e incluso algĆŗn que otro iba en pantalones cortos el dĆa de nupcias!
La Playa de Jimbaran |
Jimbaran Beach, novios al fondo en sesión de fotos. |
Estuvimos tomando unas fotos del anochecer. El sol estaba empezando a ocultarse en el horizonte. Cerca de la playa encontramos muchos chiringuitos, los tĆpicos y tradicionales de madera a la orilla de la playa, pero con todas las mesas en la propia arena. Era realmente maravilloso y como volver a mis tiempos de niƱo en el MediterrĆ”neo.
Lia CafĆ© estaba situado como a la mitad de todos los chiringos, y la verdad es que fuĆ© la mejor elección que pudimos hacer. Estuvo bien seguir el consejo de los expertos. En el menĆŗ tenĆan varios paquetes con distintos mariscos. Elegimos el Paquete A, con gambas, almejas, calamares y pescado, con dos cocos frescos para beber.
Anochecer en la playa |
Barca con ofrendas |
El sol desapareció antes de lo esperado, pues habĆa unas nubes bajas en el horizonte que lo ocultaron un poco mĆ”s temprano.
Sentados en el chiringuito, mientras esperÔbamos por la cena, escuchamos un grupo de gentes con música que se acercaban a la orilla del mar.
Menú del Lia Café |
Llevaban una barca la cual estaban metiendo en el agua, y portaban varias ofrendas que procedieron a poner en la barca y llevarlas al mar a la puesta del sol.
La escena era tierna pero espiritual a la vez, se notaba que la gente de la isla seguĆa muchas de las tradiciones de sus ancestros, mostrando gran honor y respeto.
La mayorĆa de la isla es de religión HindĆŗ, lo cual es todo lo contrario de la tradición del resto del paĆs, Indonesia, que es de mayorĆa musulmana. Afortunadamente la gente en la isla a podido mantener su credo sin muchos problemas, aunque es sabido que la isla ha sufrido algĆŗn que otro brutal atentado de grupos radicales e intransigentes.
Mientras que el sol se ponĆa, y la ceremonia se daba por acabada con la barca adentrĆ”ndose en el mar, nosotros empezamos a dar cuenta de nuestra cena. Los cocos estaban realmente frescos. Literalmente nos trajeron un coco y lo abrieron delante de nosotros para que pudiĆ©ramos beberlo. TenĆamos sopa y ensalada antes del marisco. El plato de mariscos y pescados estuvo de rechupete! Muy buena cantidad y sobre todo muy buena calidad. Gran cena!
Cena con mĆŗsica |
Cuando ya se hizo de noche, apareció un cuarteto de cantantes. Iban cantando de mesa en mesa. Preguntaba la nacionalidad de donde eran los comensales para cantarles una canción tĆpica de su paĆs natal. A nosotros nos ofrecieron "La Bamba" en honor de Marcela y "BĆ©same Mucho" estilo balinĆ©s en mi honor. Estuvo gracioso, y por supuesto grabado en video para poder recordarlo en el futuro.
Al final la cena salió de lo mÔs barata, no llegó ni a las 300,000 rupias, incluyendo tasas y propina. Es decir, al cambio unos $30.
En el restaurante pidieron un taxi para nosotros para llevarnos de vuelta a nuestro hotel, Marcela estaba cansada y decidió esperar hasta llegar a la habitación antes que probar otro baño turco!
Un ligero baƱo en la piscina y una ducha de agua caliente para acabar el dĆa. MaƱana lunes, nos esperaba nuestro tour por varios templos a las ocho de la maƱana.
2 Comentarios
Felicidades! Mi sueƱo es ir a Bali. Me ha gustado mucho tu viaje
ResponderEliminarMuchas Gracias. Es un viaje maravilloso!
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