Estáis viendo el imponente Torreó de la Peça en Calpe, un trozo de historia viva incrustado en el casco antiguo.
Su nombre, que suena misterioso, tiene una explicación muy literal: aquí se guardaba una "peça" (pieza) de artillería para defender a la población cristiana de los temidos ataques corsarios que llegaban desde el mar.
Hoy, en lugar de cañonazos, lo que dispara es nuestra imaginación, transportándonos a un Calpe medieval amurallado, muy diferente al de las playas y hoteles que conocemos.
Para los amantes de la historia y los datos curiosos : Aunque las murallas originales de Calpe se levantaron entre los siglos XIII y XIV, este sistema defensivo fue reforzado en el siglo XVI por orden del emperador Carlos V, debido al terror que sembraban los piratas berberiscos.
De hecho, la torre que vemos hoy salió a la luz casi por sorpresa en 1947, cuando se derribó un fortín posterior que la ocultaba.
Actualmente, su interior ya no guarda pólvora, sino tesoros más delicados: alberga el Museo del Coleccionismo, donde se exponen desde cámaras antiguas hasta juguetes de época.
Ah, y si miráis a sus pies, veréis dos cañones ingleses del siglo XVIII recuperados del fondo del mar.
Es una parada obligatoria después de subir la colorida Calle Puchalt. ¿Os imagináis cómo sería vivir aquí vigilando el horizonte día y noche?
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